jueves, 10 de diciembre de 2009

EVOLUCIÓN Y FUTURO DE LA CIENCIA MÉDICA EN MÉXICO


JOSÉ CHAVEZ MORADO

A lo largo de la vida de Chávez Morado podemos encontrar obras de tanto de caballete como diversos murales, sin embargo estos últimos son la aportación más importante del artista mexicano. Junto con Juan O´Gorman, es uno de los primeros mexicanos en utilizar el mosaico italiano en la obra plástica monumental; algunas obras sobresalientes con este material son La Lucha por la Reforma de Jalisco (1963, Guadalajara); Imagen de México (1964, MUNAH); y El Regreso de Quetzalcóatl (1952-53, UNAM); así mismo La Abolición de la Esclavitud por Hidalgo (Gto.); y principalmente aquella por la cual gira dicho ensayo: Evolución y Futuro de la Ciencia Médica en México (1988-89), localizada en el vestíbulo del Centro Médico Nacional Siglo XXI en la ciudad de México.
Siqueiros menciona:
No queremos encerrar nuestras obras en museos donde sólo pueden ser vistas por quienes disponen de tiempo, pero nunca por la gente que trabaja (...). Pintaremos las paredes de las calles, de los edificios públicos, de los sindicatos y de todos los lugares donde se reúne la gente que trabaja.


El Centro Médico Nacional Siglo XXI constituye un punto que congrega, además de trabajadores, personas que acuden a citas médicas, visitantes de enfermos y hospitalizados; extraordinarias obras de arte: esculturas al aire libre o relieves donde se expresa la historia de la medicina mexicana desde la época prehispánica hasta la que se practica hoy en día.
Por lo que respecta a la contribución de Chávez Morado, se destaca el mural que presenta la dramática historia contemporánea del pueblo mexicano; plasma la fuerza devastadora de la naturaleza, con una espléndida concepción e intenso realismo. Se trata de una pintura descriptiva que relata la historia de un suceso trágico representado con plasticidad, colorido y agilidad.
De vital importancia en la creación del gran mural fueron los colaboradores del maestro que llevaron a cabo la amplificación, incisión y aplicación del color: Jorge Best, Joaquín Gutiérrez y Javier Medina, respectivamente.


De frente al mural se puede identificar un recuadro de pequeños mosaicos italianos, los cuales representan la fundación de México-Tenochtitlán sostenida por tres manos firmes y vigorosas, es posible que dicho fragmento haga referencia al Códice Mendocino.
En ambos extremos de la obra plástica se muestran representaciones de la planta del Centro Médico, por el lado derecho se observa un árbol genealógico que nos muestra como raíz la medicina prehispánica, el tronco aluce a la medicina practicada en la colonia y después de la independencia, en las ramas está ubicado el logotipo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMMS), el cual representa el desarrollo de la medicina moderna, así como los planos de la construcción de hospitales y centros médicos.


Seguido a este árbol, se encuentra un trazo referente a la ruptura de la tierra y con ello el comienzo del terremoto de 1985. Enseguida se puede observar 2 letreros uno indica “7:19 19 Sept. 1985”, otro “Rescate Humano 2300 personas”; el primero acompañado de un cuerpo sin vida; y el segundo de manos que ayudan a las víctimas del 85. Esta parte de la composición no es más que la narración del drama y la desventura de aquellos individuos que presenciaron el desastre e incluso de los no sobrevivientes.


Por lado izquierdo encontramos el renacer de la sociedad mexicana y la reestructuración de los centros médicos y hospitales, dentro de los cuales se encuentra el Centro Médico Siglo XXI. Chávez nos muestra a un pueblo con rostro decaído pero corazón fuerte y levantado. Manos que se ayudan, almas unidas para la reconstrucción de una nueva ciudad y con ello el resurgimiento de la sociedad mexicana, así como de la medicina contemporánea.

viernes, 6 de noviembre de 2009

José Chávez Morado

José Chávez Morado
Nace en 1909, en Silao Guanajuato, dentro de una familia con fuertes tradiciones nacionalistas. Debido a que un año después de su nacimiento estalló la revolución mexicana, tanto él como su familia tuvieron que vivir enclaustrados por varios años para protegerse de las tropas rebeldes; debido a esto, Chávez Morado describe su vida como solitaria ya que cuando apenas tenía siete años murió su madre y él quedó a cargo de sus tías en la casa de su abuelo, lugar donde dio inicio su interés por el arte pues copiaba las ilustraciones que encontraba en los libros.

Desde muy joven tuvo necesidad y su primer empleo fue en la compañía de luz pero, fue despedido al poco tiempo ya que su jefe encontró una caricatura que él le había hecho. Posteriormente entró a trabajar en el servicio express y al estar en contacto con los ferrocarriles tomó la decisión de irse a California de “bracero” y después a Alaska. A pesar del arduo trabajo nunca dejó de dibujar y gracias a esto logró que le otorgaran una beca en el taller de dibujo de Los Ángeles sin embargo, tuvo que dejarla debido a que no podía abandonar el trabajo.

Durante su estancia en Estados Unidos pudo ver el mural “Prometo” de José Clemente Orozco y le causó tal impacto que al cabo de cinco años decide dedicarse al arte yéndose a la Capital, en 1931 y para mantenerse realizaba dibujos y caricaturas los cuales vendía durante el día ya que por la noche estudiaba en el Antiguo Colegio de San Carlos donde tomó clase con Francisco Díaz de León y Bulmaro Guzmán.

Después, de terminar sus estudios comienza a trabajar en la educación básica y eso hace que surja un importante interés por las actividades de magisterio relacionándose así, con personajes como Rufino Tamayo, Fernando Gamboa, Alfredo Zalce y Agustín Lazo, quienes formaban parte del grupo de inspectores de pintura en las escuelas. Su labor artística va fuertemente ligada con sus actividades de promotor cultural y su ideal político, lo que lo llevó a ingresar a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) pero, al disolverse la Liga se va al Taller de Gráfica Popular donde se congregaban artistas como Alfredo Zalce, Pablo O´Higgins, Leopoldo Méndez entre otros.

A partir de este momento, participa activamente en el Partido Comunista Mexicano e incursiona en el periodismo colaborando en la revista “El eje-le”, en el periódico, “La voz de México” t la revista “El combate”.

Posteriormente, en 1949, formó parte de los miembros fundadores del Salón de la Plástica Mexicana del Instituto Nacional de Bellas Artes y durante los años treinta realiza un conjunto de pinturas con temas costumbristas y paisajes los cuales enfocaba desde un ángulo popular y a partir de los años cuarenta su obra se define con un tono más intenso, dramático y a la vez manifiesta su asombro por las creencias populares tales como el fanatismo religioso.

En los cincuenta, varios ataques de Washington hacia el movimiento pictórico mexicano, argumentando que les inquietaba la gran cantidad de ideología izquierdista que las contenían las obras por lo que Chávez Morado decide participar en la Primer Asamblea Nacional de Artes Plásticas y en el Frente Nacional de Artes Plásticas cuya tarea era defender el arte mexicano de dichos ataques y debido a estas actividades es posible entender su gran interés por lo popular. En esa misma época participa realizando más de treinta murales y varios de ellos podemos observarlos en ciudad universitaria de la UNAM ya que en ese tiempo se encontraba en construcción.

Cabe mencionar que 1958 obtiene el primer lugar con el arquitecto Enrique Yáñez en la decoración del Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social y posteriormente en la feria mundial de Bruselas, Bélgica con el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, lo cual nos habla de su calidad como artista y la consagración que logra gracias a este tipo de reconocimientos.

jueves, 1 de octubre de 2009

El Nacionalismo en la pintura Mexicana

La Escuela Mexicana de Pintura es fundamental para los movimientos artísticos ya que a partir de la creación de la Real Academia de San Carlos en 1784, comenzó a difundirse tanto el Arte como los artistas de carácter nacionalista tanto en temática como en la forma de pintar.
A partir de la independencia y posteriormente con la revolución mexicana, se hace notable un estancamiento cultural que incluso obliga a la Academia de San Carlos a cerrar sus puertas en 1820, abriendo nuevamente cuatro años después.
Desde la Colonia llegaron pintores europeos a México atraídos por los paisajes de dicho territorio; tal es el caso de Tomás Egertón, Claudio Linati y Juan Mauricio Rugendas. Durante el siglo XIX surgen dos corrientes románticas:
a) La pintura popular que consiste en realizar retratos y escenas religiosas para retablos y ex votos.
b) La pintura costumbrista es una pintura academicista que representa escenas de la vida cotidiana. En dicha pintura se hace evidente la revalorización de nuestro pasado indígena debido al auge de excavaciones y descubrimientos en diferentes zonas indígenas y esta revalorización será adoptada por los pintores para realizar distintas representaciones que posteriormente se convirtieron en una tendencia.

Entre 1860 y 1903 aproximadamente, en la Academia se dejaron de lado tendencias como el impresionismo, cubismo y fauvismo a lo que Gerardo Murillo (Dr. Atl) decide abandonar la Academia para formar el “Salón de los rechazados” en 1906, lo que servirá como punto de partida en la pintura mexicana del siglo XIX.

Durante la Revolución mexicana, Porfirio Díaz realizó modificaciones en la Academia, dejando a cargo a personajes de su confianza aunque con el más mínimo conocimiento artístico por lo que lo alumnos deciden entrar en huelga para destruir a dichos personajes sin embargo, hay que mencionar que los ideales de la burguesía europea de Díaz produjeron diferentes avances ya que tal como lo menciona Octavio Paz en el Laberinto de la soledad “Los intelectuales de la época la filosofía del orden en el positivismo de Comte… y más tarde en el de Spencer y en el evolucionismo de Darwin… los poetas imitan a los parnasianos y simbolistas franceses...”.
Debido a que la Academia cerró sus puertas, los alumnos se reunían en las calles descubriendo así, nuevos elementos artísticos como los colores, las luces, experiencias y temas que no tenían dentro de un aula.
La revolución fue una etapa difícil para los artistas ya que durante este periodo no hubo vida cultural, lo que ocasionó que los artistas emigraran.
Pintura Mural.
Juega cuatro objetivos muy importantes del nacionalismo:
1) Revalorización de orígenes indígenas.
2) La lucha contra las injusticias sociales que dejaron la Colonia y la Dictadura.
3) Resaltar los logros revolucionarios.
4) Plantear la idealización de un mundo mejor.
Cabe mencionar que el movimiento muralista mexicano es único en el mundo y se inicia en la Escuela Nacional Preparatoria de San Ildefonso y artistas como José Luis Cuevas y Francisco Toledo se rehusaban al muralismo ya que se negaban a implicar l apolítica en su obra.

Modernidad.
De 1936 a 1942, con la llegada de artistas exiliados como Remedios Varo y Leonora Carrington hubo una gran influencia del surrealismo, mezclándose con tendencias fantásticas mexicanas.
De este modo, en los 50´s creció el mercado artístico con galerías que difundían artistas y obras de vanguardia, incluso hubo casos extremos en los que los artistas rechazaban la corriente nacionalista y otros que defendían la idea de Arte popular como surgimiento del mismo pueblo.
Ya en los 80´s lograron fusionarse ambas ideas, es decir, se mezcló la modernidad con raíces culturales, mitos y tradiciones remotas por lo que en los años 90´s hubo una importante manifestación plural de corrientes anteriores.
Esto, es grosso modo un recorrido por el arte mexicano en el que se muestra claramente que el nacionalismo es un elemento de vital importancia para su creación, es decir, que podemos identificar dicha temática nacionalista en el arte mexicano de la modernidad.

martes, 22 de septiembre de 2009

Ya quedó!!

Bueno, pues creo que ya está listo el blog, ahora podemos comenzar a utilizarlo... Saludos!!