viernes, 6 de noviembre de 2009

José Chávez Morado

José Chávez Morado
Nace en 1909, en Silao Guanajuato, dentro de una familia con fuertes tradiciones nacionalistas. Debido a que un año después de su nacimiento estalló la revolución mexicana, tanto él como su familia tuvieron que vivir enclaustrados por varios años para protegerse de las tropas rebeldes; debido a esto, Chávez Morado describe su vida como solitaria ya que cuando apenas tenía siete años murió su madre y él quedó a cargo de sus tías en la casa de su abuelo, lugar donde dio inicio su interés por el arte pues copiaba las ilustraciones que encontraba en los libros.

Desde muy joven tuvo necesidad y su primer empleo fue en la compañía de luz pero, fue despedido al poco tiempo ya que su jefe encontró una caricatura que él le había hecho. Posteriormente entró a trabajar en el servicio express y al estar en contacto con los ferrocarriles tomó la decisión de irse a California de “bracero” y después a Alaska. A pesar del arduo trabajo nunca dejó de dibujar y gracias a esto logró que le otorgaran una beca en el taller de dibujo de Los Ángeles sin embargo, tuvo que dejarla debido a que no podía abandonar el trabajo.

Durante su estancia en Estados Unidos pudo ver el mural “Prometo” de José Clemente Orozco y le causó tal impacto que al cabo de cinco años decide dedicarse al arte yéndose a la Capital, en 1931 y para mantenerse realizaba dibujos y caricaturas los cuales vendía durante el día ya que por la noche estudiaba en el Antiguo Colegio de San Carlos donde tomó clase con Francisco Díaz de León y Bulmaro Guzmán.

Después, de terminar sus estudios comienza a trabajar en la educación básica y eso hace que surja un importante interés por las actividades de magisterio relacionándose así, con personajes como Rufino Tamayo, Fernando Gamboa, Alfredo Zalce y Agustín Lazo, quienes formaban parte del grupo de inspectores de pintura en las escuelas. Su labor artística va fuertemente ligada con sus actividades de promotor cultural y su ideal político, lo que lo llevó a ingresar a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) pero, al disolverse la Liga se va al Taller de Gráfica Popular donde se congregaban artistas como Alfredo Zalce, Pablo O´Higgins, Leopoldo Méndez entre otros.

A partir de este momento, participa activamente en el Partido Comunista Mexicano e incursiona en el periodismo colaborando en la revista “El eje-le”, en el periódico, “La voz de México” t la revista “El combate”.

Posteriormente, en 1949, formó parte de los miembros fundadores del Salón de la Plástica Mexicana del Instituto Nacional de Bellas Artes y durante los años treinta realiza un conjunto de pinturas con temas costumbristas y paisajes los cuales enfocaba desde un ángulo popular y a partir de los años cuarenta su obra se define con un tono más intenso, dramático y a la vez manifiesta su asombro por las creencias populares tales como el fanatismo religioso.

En los cincuenta, varios ataques de Washington hacia el movimiento pictórico mexicano, argumentando que les inquietaba la gran cantidad de ideología izquierdista que las contenían las obras por lo que Chávez Morado decide participar en la Primer Asamblea Nacional de Artes Plásticas y en el Frente Nacional de Artes Plásticas cuya tarea era defender el arte mexicano de dichos ataques y debido a estas actividades es posible entender su gran interés por lo popular. En esa misma época participa realizando más de treinta murales y varios de ellos podemos observarlos en ciudad universitaria de la UNAM ya que en ese tiempo se encontraba en construcción.

Cabe mencionar que 1958 obtiene el primer lugar con el arquitecto Enrique Yáñez en la decoración del Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social y posteriormente en la feria mundial de Bruselas, Bélgica con el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, lo cual nos habla de su calidad como artista y la consagración que logra gracias a este tipo de reconocimientos.